Realidad Distorsionada en Redes Sociales
Los periódicos y noticias replicaban la incertidumbre de la guerra, Palestina VS Israel o Israel VS Palestina, hace unas semanas empezó esta guerra, y con ello en Tik Tok, una chica llorando y exponiendo sus argumentos sobre la verdadera razón, en Facebook…, un profeta anuncia el ¡principio del fin!, pues ¡¡“el pueblo de Dios está luchando”!!, en Twitter los especialistas comentan las raíces del conflicto, pero ¡¿nadie sabe qué pasa?¡, es un conflicto de siglos, en el mundo realmente invertido a conveniencia de cada quien, lo verdadero es un momento de lo falso, se dice que la historia aun distorsionada la escriben los vencedores, pero por ahora, aún no ha ganado nadie.
Esto me ha llevado a pensar y observar cómo se distorsiona parte de la realidad, como Debord Guy menciona que, la afirmación es la apariencia y la afirmación de toda vida humana, y por ende el reflejo de pretensiones sociales, en su crítica, lo describe como “la negación visible” de la vida, o más bien de la realidad, pero no se puede negar cuando se embelesa en la extensión de nuestras vidas de manera digital, un espectáculo que emplea un lenguaje propio en el que se puede mostrar valentía, auto conmiseración, optimismo, molestia por algo o por alguien, etc, fragmentos que para los demás se convierten en conjeturas sin llegar a la razón, partiendo solo de lo hablado, tratando de unificar y explicar lo que viene a corolario, quizás para justificar el siguiente acto, sin embargo, solo es el momento histórico que nos contienen, pues la actual modernidad revoluciona este sentido.
Lamentablemente en palabras de Debord nos hemos convertido en espectaculistas, una producción social y más para los que vivimos de este lado del mundo…
Y sin dejar atrás el contexto de Tik Tok o Instagram, la siguiente imagen que continúa a la tragedia bélica, aparecen otras historias no tan relevantes, otras historias de imágenes – objetos, donde se exponen esas fachadas generalizadas que te invitan del ser al parecer, donde unos se jactan del prestigio inmediato transformando una realidad individual a la perteneciente magnitud social, aunque la razón de esta sea casi nula o no exista, realmente no tiene nada de malo, lo preocupante es cuando el efímero protagonista se empieza a creer, o más bien, empieza a distorsionar la realidad, tanto el que la produce, como el que consume, pues no se puede creer todo lo que se dice en redes, pues de reconocerse así, solo manifestara en sus propios gestos, otros que ya no son suyos (como los otakus), desprenderse de su propio criterio lo llevará a comprender menos su existencia, pues sólo habrán de adoptar sus formas y sus colores.
Enrique Dussel a grosso-modo hablaba de la permeabilidad de la cultura dominante, un escenario donde la esfera política, económica y social se entrelazan para dar pauta a una forma de pensamiento cultural, hoy desde mi perspectiva, habrá que ampliar el escenario para dar lugar a la esfera digital, pues el vocablo podrá ser el mismo, pero el lenguaje se ha ampliado, pues sus significantes incluyen emojis, siglas (GPI, NPI, NTP,etc), contracciones (bb, ni pex, ,mmta, vlv, etc), es de considerarse que la ambivalencia de la distorsión respecto a nuestra realidad es bilateral, pues el espectáculo aporta y está a la expectativa a la realidad como la realidad al espectáculo.
