¿Te has preguntado qué están haciendo los supermercados para mantener sus ganancias a pesar del impacto económico causado por la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania? ¡Aquí te presentamos algunas de sus estrategias!
México y el mundo están viviendo un momento de incertidumbre. La pandemia del COVID-19 sigue dificultando los procesos productivos en muchas industrias, mientras que la invasión de Rusia a Ucrania, y sus efectos colaterales, han empujado la economía mundial a una recesión sin precedentes. Esta situación afecta, principalmente, a los bolsillos de los consumidores.
Las cadenas de supermercados, observando la situación, se han tenido que adaptar a las posibilidades económicas de su público. Walmart, por ejemplo, anunció a través de su campaña “Los básicos de tu canasta” que mantendrá los precios de productos de la canasta básica.
Otra estrategia que las grandes cadenas usan es la reduflación, es decir, reducir entre el 5% y 10% la cantidad de producto, para así disimular el aumento de precio. ¡He ahí por qué últimamente obtenemos productos que aparentan estar llenos, pero cuando los abrimos nos encontramos con que la mitad del empaque está vacío!
También existe el cheapflation, osea la reducción en la calidad de los alimentos.
Por otro lado, los supermercados también utilizan estrategias de neuromarketing, como el diseño de los pasillos y la distribución de los productos en sus estantes, para que los compradores salgan con más productos de los que tenían planeado comprar.
La economía mexicana tiene una inflación anual de 8.7% y un incremento de 0.7% respecto al mes anterior, y el aumento de costos en las cadenas de suministros, han complicado el panorama para todas las partes involucradas. Estas medidas también se han aplicado en países como Francia donde las tiendas promocionan “escudos antiinflación” bloqueando los precios de los 120 productos cotidianos más consumidos entre 2021 y 2022.
¿Has notado que algún producto ha bajado su calidad o cantidad? ¡Cuéntanos cual!