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La evolución de la comunicación según Black Mirror
Tecnología y comunicación oscuramente futuristas
Desde hace 11 años Black Mirror ha dado de qué hablar con sus confusos episodios que hablan de un futuro no tan lejano y las amenazas tecnológicas que lo envuelven.
El enigma empieza desde que se trata de enlazar los capítulos unos con otros, no todos se complementan de manera tan lógica pero cada uno aborda un fenómeno comunicativo esencial para el entendimiento de la serie y sobre todo para la advertencia del control y desarrollo tecnológico.
¿Por qué el nombre de Black Mirror?
Black Mirror, el espejo negro… esa superficie reflejante en la que nos miramos inconscientemente todos los días mediante nuestros dispositivos electrónicos. Sin duda un mensaje fuerte que señala el abuso de la tecnología que tenemos como sociedad.
La serie de Charlie Brooker cumple con la perfecta crítica a la población actual mediante un enfoque comunicativo, cada capítulo aborda un elemento humano despreciable que se ve corrompido por la tecnología.
El mundo de Black Mirror sugiere que en el momento que surgen nuevas tecnologías para mejorar la convivencia humana, surgen también problemáticas que muestran el escenario más desesperanzador que existe.
Comunicación con una condena futurista:
Black Mirror es una serie altamente recomendable, todos sus capítulos tienen algo qué abordar, pero existen algunos que enfatizan mucho mejor la evolución de las comunicaciones podría ser en un futuro próximo.
En el episodio Caída en picada se muestra como la popularidad en redes es lo único que importa, el status social se ha convertido en el único valor para resaltar en la sociedad. No existe el dinero sino las calificaciones a la persona y mediante estas se define cómo vivirá la gente. Los smartphones y las apariencias son el recurso más utilizado en esa sociedad.
Sin duda uno de los mejores episodios de la serie sería el de Blanca Navidad, en este capítulo se muestra un avance tecnológico en los dispositivos como Alexa donde la esencia de la persona es trasladada tal cual al aparato pasando la eternidad como un sirviente tecnológico.
En este capítulo también nos ofrecen la opción de ir más allá en el rompimiento y bloquear a una persona pero en la vida real. Ambos elementos sirven para contar una historia aterradora que como siempre deja mucho en qué pensar.
La realidad virtual y los videojuegos van más allá, un joven con aires de grandeza es parte de una prueba experimental de un nuevo juego. La hiperrealidad que se busca en esta nueva tecnología representa más importancia que la vida humana.
El episodio más romántico y menos terrorífico de este universo propone una especie de artilugio que hace posible que las mentes de las personas mayores que posicionen en un lugar llamado San Junípero e interactúen para revivir sus años de juventud. Con canciones de los 80s, Kelly y Yorky viven un romance fuera de serie mientras deciden si condenar sus mentes a una realidad artificial.
La evolución de las date apps podrían terminar como en este escenario donde de nuevo la esencia de la persona es tomada para vivir un romance simulado y averiguar a ciencia cierta qué tan compatible eres con otra persona.
