Un crítico literario seducido por el periodismo: Luis Leobardo Hernández Sánchez, corresponsal del Diario Portal de Toluca, Edomex

¿Qué diferencia o afinidades puede tener la crítica literaria versus el periodismo? La respuesta la tiene Luis Leobardo Hernández Sánchez, colega de las conferencias matutinas, quien estudió Letras latinoamericanas en la Universidad Autónoma del Estado de México, UAEM, egresando como crítico literario, pero “como nadie sabe qué es eso en realidad, ni nosotros cuando egresamos -dice Luis Leobardo− prefiero decir que estudié ‘literatura con un enfoque editorial’ y pues me especialicé dentro de esta lírica mexicana.

−¿Has trabajado, aparte del Diario Portal, en algún otro medio de comunicación?

No, de hecho, egreso de la Universidad y me dedico a la docencia, a la promoción cultural y a la corrección de estilo en una agrupación estudiantil que se llama “Red de Divulgadores”, donde también hago divulgación; y, a la vez, vengo publicando algunos artículos. Colaboré en algún momento con un medio, a distancia, como freelance; me pagaban como tres euros por colaboración o algo así, era una cosa europea extraña. Posteriormente escribí algunas columnas para unos medios locales.

Desde 2019 Leobardo ha estado acreditado por el toluqueño Diario Portal (hasta la fecha) y se considera periodista ‘más por afición y deformación’ porque siempre −asegura− ha sido ‘metiche’. Nació en Ciudad de México, pero vive en Toluca, Edomex. Su apego por el periodismo vino porque su papá era muy fanático de los periódicos, “él trabajaba como portero en un edificio y le llegaban todos los periódicos para distribuir y, antes, ‘se los echaba todos’, y a la vez yo también me los leía; él era muy aficionado en aquel momento al Subcomandante Marcos (no me preguntes por qué) pero así era; y desde ahí empecé a leer el periódico y también libros de literatura.

“En la preparatoria tuve un maestro de historia que me recomendaba algunos textos y libros; gracias a él seguí varias lecturas, también del periodismo. Durante la preparatoria surgió también el movimiento del Obradorismo con más fuerza. Ya lo conocía un poco, y me interesó más darle seguimiento. En aquel momento, por capital y medios, pude estar en pocos de los mítines que organizaba el ahora presidente; incluso llegué a venir dos veces durante al paro de Reforma.

Durante mi estancia en la universidad fui documentando y participando en movimientos estudiantiles. Estuve, por ejemplo, en manifestaciones como las del caso Ayotzinapa (2014), en algunas previas por injusticias en la propia Universidad Autónoma del Estado de México, y las últimas fueron de 2017 a 2019. Previo a la pandemia es cuando entré a trabajar a Diario Portal, ahorita como editor y, antes, como corrector de estilo en ocasiones; hoy me dedico un poco menos a reportear en calle.

− Aparte de Diario Portal, ¿has trabajado en otro espacio de comunicación?

No. De hecho, egreso de la Universidad y me dedico a la docencia, la promoción cultural y a la corrección de estilo en una agrupación estudiantil llamada Red de Divulgadores, donde hago divulgación científica en Humanidades; también publico algunos artículos.

−¿Tu pregunta más importante al presidente?

                Hay dos. Una donde algunos señores de San Juan Atzingo, con patrocinio de ellos, me comentaron que la Guardia Nacional se había hospedado en uno de los hoteles de la comunidad. Se lo expuse al presidente pero, lamentablemente, me estaban mandando información al mismo tiempo cuando exponía, y no acabé de concretar la pregunta como yo quería. Sin embargo, esa era una de las que yo considero más importantes y relevantes, porque me dio la oportunidad de acercarme a la Semarnat, pero aun así continúo trabajando con estos señores de la comunidad de Atzingo.

La otra fue la posible nacionalización y compra por parte del gobierno mexicano del Aeropuerto de Toluca, que dio notas hasta para el país. ¿Actualmente quiénes son los dueños? Le cuestiona el reportero de SDP Noticias Eduardo Esquivel Ancona, quien nos ha acompañado a varias de estas charlas. “Está operada por una organización de privados −responde− creo que manejan el 50, o el 49%, y el gobierno, a pesar ser accionista mayoritario, no lo opera. En septiembre ya entra en operación la Secretaría de Marina, Semar, para controlar la seguridad en el aeropuerto, pero todavía no con fines operativos”. Nos reveló que el día que hizo la pregunta el presidente le confirma que están en busca de determinar la compra de las acciones entre el gobierno federal y el del Estado de México.

−¿Consideras que hay preguntas pagadas o que induzcan al presidente a dar una respuesta viciada?

Sí; aunque no puedo tener la certeza de que sean pagadas o no; este fenómeno se lo atribuyo, en primera instancia, a una posible autocensura de los medios; porque, incluso, y ustedes lo sabrán, platicando con los reporteros, y los compañeros, hay cosas que dices “híjole, por qué no lo presentas en la conferencia” (…) “pues porque me despiden” o cosas por el estilo; porque ahí es un fenómeno también muy paradójico, ahora que hay una apertura más amplia para que se expresen la opinión pública ante el presidente.

Viene de los medios la tradición de auto callarse, o de callar a sus propios reporteros; y también hay otra postura donde se lleva información falsa, pero más por espectacularidad en la conferencia para que el presidente dé respuestas “espectaculares”, que den mucho de qué hablar, que den nota; porque a veces la nota no es precisamente informativa, sino espectacular, amarilla o especulativa. Entonces todavía creo que es un paso muy importante el hecho de que podamos expresarnos ya de manera más abierta, pero todavía hay tanto la censura que promueven los dueños de los medios, incluso chicos y grandes, los que quieras; o la propia hostilidad o animadversión que tienen periodistas a los propios periodistas, sobre todo adversos, y lo que buscan es picar al presidente para que responda algo más y enojado. Y, la verdad, desgraciadamente es la que queda fuera de la ecuación.

                Eduardo Esquivel le cuestiona sobre lo que dice la gente que no entra a las mañaneras, que todas las preguntas son sembradas por Jesús Ramírez Cuevas, de Comunicación Social de la Presidencia. “Es muy interesante porque a mí me han preguntado. ‘Oye, ¿y a ti cuánto te pagan por ir a las mañaneras? Bueno, ojalá me pagaran, házmela buena. Sobre todo, gente afín al panismo me dice “Tú cuánto ganas por lavarle las patas al presidente” literalmente.

Yo considero que es una herencia. Todos sabemos que el presidencialismo de siempre, hasta el sexenio pasado, tenía la conocida premisa de “no pago para que me peguen”; y entonces, obviamente, pues todos estaban comprados o muchos, hasta hace cinco años.

Por ejemplo, ¿por qué ahora se critica tanto desde TV Azteca o Televisa al gobierno? Cuando antes el gobierno casi era perfecto dentro de la percepción de los noticieros. Por eso, obviamente, sería muy importante, en ocasiones, revelar cómo funciona esto. Ni Enrique Peña Nieto que era gobernador del Estado de México, se abría con los medios locales, por decirlo de alguna manera, incluso cuando fue gobernador.

−¿Qué opinión te merecen las conferencias matutinas como forma de comunicación política?

Creo que literalmente, en el sentido estricto, ha provocado un fenómeno muy interesante. Nadie se imaginaba o sabía que la gente le interesara tanto la política, y Andrés Manuel −me parece− hasta el momento es el segundo o primer Youtubero de América Latina en ser consumido, no por la población que quieras, sino que la mayoría que consume información en internet son jóvenes.

Esto abre también un espectro, una posibilidad, de que a largo plazo más políticos incluso la gente puede exigir a más políticos que abran un canal de comunicación más directo con la gente y más honesto. Considero también que además de fenómeno, es un ensayo de una apertura perfecta del gobierno mexicano. Creo que podrían mejorar mucho en los canales de comunicación y en la dinámica de comunicación, porque a veces hay ciertos errores técnicos; y yo espero que sea así con el próximo gobierno, que se mejore, se optimice y que sea algo sobre todo que el público, la sociedad, demande; porque esto ya no puede echarse reversa. Ya no puede ser otra vez el gobierno cerrado que emitía boletines, y ya.

−¿Qué repercusiones consideras pudieran tener las mañaneras tanto en medios tradicionales, digitales y en la academia?

En los medios tradicionales ya está un fenómeno interesante: Hace poco Televisa cerró algunas filiales en entidades como el Estado de México, el que tiene más población. De repente los medios tradicionales confiaron mucho en que iba a permanecer el modelo de gobierno que existía, que iban a ser mantenidos por él, pero la gente consume las noticias, no invariablemente, pero ahora que se ha visto esta este giro donde también incluso el periodismo puede ser de formación empírica o académica.

No podemos desacreditar a los youtuberos por no haber cursado la carrera de periodismo, porque no he visto que a los periodistas que incursionan en YouTube les reclamen lo contrario. Creo que este es un fenómeno muy interesante, donde México ha permeado muy profundamente con los youtuberos en otros países de la propia América Latina y donde los medios tradicionales se están quedando obsoletos.

Respecto a la academia, se ha abierto a varios estudios, foros de cómo está impactando. Yo creo que amerita un nuevo estudio y un nuevo modelo de comunicación, de formación comunicativa. Tenemos comunicadores que no se saben expresar o que se expresan porque tienen una formación más bien escénica, pero no intelectual; entonces pueden ser actores, pero no quieren ser reporteros, y son lectores de noticias, y el periodismo de repente se enfoca tanto en el proceso objetivo de la noticia, de lo que surge, que no tiene a veces un buen canal de comunicación o una buena base gramatical no textual, porque ahora también con estas nuevas tecnologías uno se tiene que adaptar para que se concentre todo este bagaje y pues haya una comunicación más, más sólida y más directa. VER VIDEO.

Entrevista realizada el 10 de abril 2024, Terraza del Hotel Catedral, Centro histórico