Últimamente y con cierta notoriedad en redes sociales, los interlocutores critican vídeos donde Xóchilt Gálvez adquiere el registro frente al INE como participante presidencial, para su mala fortuna, la atención se queda en un chicle que pega en una silla y la actitud que tiene al adquirir el registro, su argumento sobre el “Crigmen orggnanizado…y la violencia, to-que la voluntad ciudadana en las urggnas”, como dice ella, en si … el contexto se enfoca en su comportamiento, el cual se ha vuelto políticamente incorrecto, su proxémica (uso que las personas hacen del espacio en sus relaciones con los demás) está descuidado, sus errores trata de convertirlos en gracia, quizá siendo un poco drásticos, es como cuando los padres se ríen o celebran de que su hijo dice alguna vulgaridad o se comporta relativamente de la misma manera, no es que tenga algo de malo, simplemente hay que saber cuándo y dónde hacerlo; pues cuando terminan exhibiéndose, este se vuelve aún más atroz al tratar de justificarlo.
La cuestión acá es, ¿Qué pasa cuando quien se populariza, por ser chistoso, ridículo o extraño, es también un personaje político con ideas peligrosas?
En ocasiones, estos personajes se vuelven memes, pero, pueden pasar de la burla a la extraña celebración de su personalidad, aun cuando pueden tener ideas clasistas, xenófobas, extremas, etc, o raramente desprendidas de la realidad como pensar que se puede bajar el crimen “quitando los puestos de micheladas”, o cuando mencionó que ”Los pobres no tienen ideas propias, porque ellos nomás van a tratar de seguir atacándome. Porque los pobres no tienen pensamiento propio, ese es su problema.”; este tipo de comentarios me hace pensar, que sus asesores son muy malos o que ella no sigue las recomendaciones de los asesores, lo que sí queda entredicho es su capacidad abstracción, es decir, su capacidad de crear ideas a partir de otras, imaginar sucesos, narrar historias, modelar procesos, leer e interpretar problemas, planificar soluciones, proyectarse al futuro y soñar, aunque a muchas personas les puede ser difícil desarrollar estas capacidades. Esta definición no es mía, es de Google y más clara no podría ser.😁
Laje (2023), hace mención que en una vida digital, la demanda de este hace una constante representación de si mismo, osease un reality show, a manera de suavizar, la figura de “idiota posmoderno@” ya no reconoce sus propios límites y ni siquiera los limites de los hechos, las evidencias y la lógica. Además de que se cree por encima de todo y de todos, vive en el pasado y señala culpables.
En qué momento la injusticia electoral puede combatirse con una botarga que representa de manera implícita a un ente político del cual se pertenece; o por qué menciona un compromiso de “causas sociales”, cuando solo se busca la aceptación social, rayando en el narcisismo con historias que no encajan dentro de la lógica. Por qué pensar que hablando con groserías o que estas estén dentro del lenguaje mejorará la comunicación con personas de recursos escasos.
Quizás toda la culpa se deba el marketing ideológico (electoral), el tecnicismo que abarca la fuerza cultural y política en un sincretismo social, un producto político para consumo social con repercusiones económicas. El objetivo en ciertas circunstancias se pierde y al buscar vender o subastar una personalidad, más que una idea o proyecto político, termina por ofertarse la banalidad. Y esto puede ser tan gracioso como el simio que dispara una metralleta a soldados de África del Oeste, haciéndolos correr, cuando ellos son los que le proporcionaron el arma e incitaron a disparar…