Barba de Regil recomendando dietas, TikTokers anunciando suplementos Herba Life, fisicoculturistas dando tips de entrenamiento: los promotores del fitness en redes sociales son comunes, pero ¿qué tan peligroso es confiar en ellos?
Las redes sociales sirven para compartir nuestros recuerdos, experiencias e incluso para aprender. Este último fin es el que supuestamente buscan las cuentas de Instagram o TikTok de fitness, la cual se centra en mostrar actividad física para bajar grasa corporal, ganar masa muscular, mejorar el rendimiento en alguna disciplina deportiva o solamente para procurar la salud.
Hay millones de influencers que informan y recomiendan a sus seguidores rutinas, planes de alimentación, equipo para realizar entrenamientos, complementos alimenticios, entre otros tópicos.
Estas personas utilizan sus redes sociales para vender su imagen y el “viaje” que los llevó o llevará a cumplir sus objetivos fitness o a mantener su estilo de vida. Una vez que estos usuarios obtienen un número de seguidores significativo, la llegada de patrocinadores es inevitable: empresas y negocios que se dedican a vender productos enfocados en este tipo de mercado contactan a los influencers para promocionar sus marcas.
Sin embargo, la principal crítica que reciben algunas de estas cuentas es la falta de conocimiento académico en el ámbito de la salud, para recomendar dietas o ejercicios.
Algunos influencers o coaches llegan a promover rutinas que, si una persona que jamás ha realizado deporte quiere realizarlos, puede ocasionarle lesiones. Lo mismo en el caso de las dietas y los suplementos alimenticios que anuncian: una persona con obesidad mórbida no puede seguir el mismo plan alimenticio de alguien que se ha dedicado a entrenar por años.
La falta de regularización del contenido en redes sociales hace que personas sin formación profesional rigurosa, puedan presentarse como expertos y poner en riesgo a sus seguidores.
Una de las plataformas favoritas para estas cuentas es Instagram. Un reportaje del Wall Street Journaldio a conocer que los directivos de Facebook sabían que Instagram (la cual pertenece a la misma empresa), podía ocasionar un impacto negativo en la salud mental y en la percepción de la imagen corporal, lo cual puede desembocar en trastornos alimenticios, sobre todo en mujeres adolescentes.
Explotando las inseguridades de los usuarios y prometiendo resultados “rápidos” algunos influencers y sus patrocinadores venden productos milagro que aseguran hacer que sus consumidores obtengan el físico que anhelan en corto tiempo.
Uno de los aspectos que más se ha cuestionado acerca de estas figuras públicas es que todos declaran que su musculatura se ha logrado “naturalmente”, sin embargo, muchos señalan que en realidad se debe al uso de sustancias nocivas cómo esteroides.
No todas las personas dedicadas a la difusión del fitness caen en estas prácticas, pero una buena cantidad sí lo hace, por lo que muchos gobiernos han decidido tomar cartas en el asunto, por ejemplo, hace algunas semanas China publicó una ley que obliga a los influencers del país a hacer públicos sus estudios, para poder hablar de temas relacionados con la salud y no solo esto, también de otras ramas del conocimiento derecho, educación, entre otras disciplinas.
¿Te gustaría que la ley mexicana obligara a los influencers fitness a exhibir sus estudios que los acreditan para hablar del tema?