CDMX | Las autoridades calificaron como “lluvias atípicas” la tormenta que paralizó la capital y obligó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a suspender temporalmente operaciones. Sin embargo, este tipo de precipitaciones ocurren cada año y evidencian la fragilidad de la infraestructura capitalina.
En comunicación política, culpar al clima es un recurso para desviar la atención de problemas estructurales: drenaje insuficiente, falta de mantenimiento y ausencia de planeación urbana.
Los hechos
- El AICM suspendió operaciones por seguridad y reanudó vuelos horas después.
- Cientos de pasajeros resultaron afectados por retrasos y cancelaciones.
- Calles, avenidas y pasos a desnivel se convirtieron en ríos, colapsando la movilidad.
Narrativa oficial vs. percepción ciudadana
- Oficial: Evento meteorológico inusual, respuesta rápida de autoridades, prioridad a la seguridad.
- Ciudadana: Consecuencia de décadas de descuido, promesas incumplidas y gobiernos que evaden responsabilidades.
El otro rostro de la tormenta
En medio del caos, una mujer policía se mantuvo firme dirigiendo el tráfico bajo la lluvia, mientras automovilistas buscaban resguardo. Un ejemplo de servicio público que contrasta con la falta de previsión institucional.
Claves de comunicación política
- Evadir la causa real erosiona credibilidad: atribuirlo a “lluvias atípicas” es percibido como excusa.
- El poder de las imágenes: la imagen de la policía en servicio refuerza valores de compromiso y vocación, útiles para reconstruir confianza.
- La oposición tiene terreno fértil: el relato de “30 años de gobiernos de izquierda” conecta con la frustración ciudadana y alimenta un marco narrativo de desgaste político.