Científicos niegan la existencia de una nueva variante del COVID-19, denominada “deltacron”, basándose en que se trata de un error de datos.
El profesor de biología de la Universidad de Chipre y director del Laboratorio de Biotecnología y Virología Molecular, Leondios Kostrikis, reportó recientemente una variante de SARS-CoV-2 (COVID-19), que tiene las mutaciones de la variante ómicron y delta, por lo que lo denominó: deltacron. Lo que parece ser un evento de recombinación del virus COVID-19. Sin embargo, la comunidad científica considera que podría ser un error de laboratorio.
Krutika Kupalli, especialista en emergencias y parte del equipo de expertos en COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo el fin de semana a través de Twitter que lo más probable es que deltacron no exista y que solo se trate de una “contaminación de laboratorio de fragmentos de ómicron en una muestra de delta. Ómicron y delta no conformarán una súper variante”, indicó. A pesar de ello, el fenómeno ha llamado la atención de los investigadores científicos a nivel mundial.
Aunado a eso, la epidemióloga que lidera la respuesta al coronavirus, Maria VanKerkhove, explicó en su cuenta de Twitter que términos como deltacron “implican una combinación de virus o de variantes y eso no está ocurriendo”.
Debido a la variedad de comentarios de la comunidad científica sobre este posible descubrimiento se generó un debate sobre la supuesta nueva variante. Hay muchos reportes sobre secuencias de ómicron que llevan mutaciones de delta, por lo que estas podrían ser reales. Sin embargo, esas secuencias pueden ser debidas a fallas en la técnica de secuenciación en muestras con coinfección, es decir, debido a un error de contaminación en las muestras.
Independientemente de que se confirme o no la existencia de esta variante, la OMS insiste en seguir con los cuidados que se dieron a conocer desde el inicio de la pandemia, como la importancia del uso de mascarilla, el respeto a la distancia social, el constante lavado de manos y, en especial, la aplicación de las tres dosis de vacunación, las cuales han marcado una gran diferencia en la reducción del porcentaje de hospitalizaciones y defunciones a nivel mundial.