La Liga MX se está preparando para un cambio significativo en su estructura, con un plan para expandirse a 22 equipos en 2026 o 2027. Sin embargo, este aumento de equipos no se logrará mediante el tradicional sistema de ascenso y descenso, sino, a través de la compra de franquicias. Esta decisión se deriva de un acuerdo con Apollo Global Management, una empresa estadounidense que planea invertir 1,300 millones de dólares en la liga. A cambio, exige la eliminación del ascenso y descenso, así como poner fin a la multipropiedad.
Según el periodista deportivo David Medrano, el único camino para que un club nuevo pueda ingresar a la Liga MX será mediante la compra de una franquicia. Esto generó controversia, ya que limita las oportunidades de los equipos de la Liga Expansión MX. Equipos históricos como Atlante parecen tener asegurado un lugar en la Primera División mediante la compra de una franquicia existente, al igual que Leones Negros, Morelia y probablemente Veracruz.
Ante este panorama, los aficionados de los equipos de la Liga de Expansión MX muestran su descontento, optando por dejar de asistir a los estadios. En la Jornada 3, la asistencia total fue de solo 14,013 personas en los siete partidos, con ningún estadio superando los 3,000 aficionados. El juego con mayor asistencia fue el Atlante vs. Atlético Morelia, con 2,992 aficionados, mientras que el Tapatío y Jaiba Brava registró la menor afluencia.
La polémica no es solo entre aficionados; los jugadores también están inconformes con estas nuevas reglas. En un reciente sondeo realizado por ESPN a 22 futbolistas de 12 equipos de la Liga MX, la gran mayoría (81.8%) expresó su preferencia por la restauración del sistema de descenso y ascenso, argumentando que de esa manera fomentan la competencia en el fútbol mexicano, que dicho sea de paso, se ha perdido tras la suspensión de este sistema en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
Desde ese entonces, el fútbol mexicano ha sido golpeado de distintas formas; no ha vencido a la Selección de EE.UU. desde septiembre de 2019, fue eliminado en la fase de grupos del Mundial 2022 y la Copa América 2024, y su ausencia en torneos como la Copa Libertadores ha permitido que los clubes norteamericanos los alcancen, o incluso superen, en la CONCACAF y la Leagues Cup.
No obstante, el proceso de implementación del fondo de inversión ha enfrentado retrasos debido a conflictos fiscales con varios clubes, incluidos Cruz Azul, Tigres, Monterrey, y Pumas, entre otros, quienes incluyen inconsistencias en los estados financieros y problemas de adeudos, lo que ha afectado el cumplimiento de otra de las exigencias establecidas por Apollo Global Management.
Aunado a lo anterior, la inversión de Apollo Global Management no podría darse si tanto el Grupo Pachuca, con los Tuzos y el León, como Grupo Orlegui con Atlas y Santos Laguna, Grupo Caliente con Querétaro y Xolos de Tijuana y Grupo Azteca con Mazatlán y Puebla no mueven sus fichas para vender a una de sus
franquicias lo más pronto posible. Esto provoca descontento en los ultras de estos equipos, ya que corren el riesgo de ser vendidos y cambiar de sede o nombre.
De cualquier forma, aunque se exigen soluciones que fortalezcan la liga y satisfagan a los aficionados, la FMF opta por un formato similar al de la MLS, centrado en la inversión y no en la competitividad. Esto supone una traición a la tradición, desconectando a los seguidores del sentido de pertenencia y la emoción que solo la verdadera competencia puede ofrecer.
