Lourdes Grobet, la fotógrafa que retrató al humano detrás de la máscara

Lourdes Grobet es considerada una de las fotógrafas contemporáneas más influyentes de México. La artista, nacida en la Ciudad de México el 25 de julio de 1940, se dedicó a usar su lente para retratar a los no escuchados, a los no vistos, a los marginados. Gran parte de su obra retrata lo que, para ella, plasmaba la cultura popular mexicana.

Grobet, estudió Artes plásticas en la Universidad Iberoamericana, así como diseño gráfico en el Cardiff College of Art y fotografía en el Derby College of Art de Inglaterra. Uno de sus proyectos fotográficos más icónicos es el dedicado a la lucha libre, deporte popular en nuestro país. Desde el cuadrilátero y fuera del mismo, retrató la vida de los protagonistas y héroes del pancracio como El Santo y Blue Demon.

En sus imágenes, no sólo plasmó las llaves, contrallaves y piruetas de los gladiadores y de las luchas, también, la vida detrás de la máscara, la intimidad de los luchadores y cómo el ser humano encara día tras día su vida. Grobet tenía especial simpatía por las luchadoras, porque, consideraba que llevaban una doble vida, la del cuadrilátero y la de la crianza de sus hijos, además de la realización de actividades domésticas.

Aunque a la fotógrafa de la lucha libre, durante su niñez no se le permitía presenciar este deporte porque consideraban que no era un espectáculo para mujeres, pese que su familia era aficionada y asistía a las funciones.

El artista Victor Muñoz, fundador del Grupo Proceso Pentágono menciona que «Buena parte de la obra fotográfica de Lourdes Grobet tiene que ver con la transgresión, el humor y la provocación. Enemiga de exquisiteces, siempre procura la posición de combate. Mirar la mirada de los que no son escuchados».

Las imágenes de la fotógrafa, han sido expuestas en espacios de importancia como Casa de América, en Madrid, España, así como el Museo de Arte de Kuala Lumpur, en Malasia.

Lourdes Grobet, falleció el 15 de julio de 2022 a los 81 años de edad. La fotógrafa demostró con sus imágenes la esencia de la lucha libre, es decir, más allá de un deporte espectáculo, es también un acontecimiento cultural, en donde en cada caída sin límite de tiempo, el respetable público hace catarsis y se ve representado en los luchadores rudos y técnicos, es decir, entre el bien y el mal.