En el caso del documental «Voces de la Guerrero«, se da cuenta de la historia de jóvenes que no sólo graban, sino que, al ser los protagonistas, narran su historia, su vida, simplemente su forma de resistir.
El documental está lleno de códigos no escritos, tienen que ver con la manera en la que se comunican, mediante lenguaje coloquial y la forma en la que se siguen ciertas reglas. Además, al ser partícipes del mismo, tienen injerencia en la construcción de la realidad social. Con esto me refiero al cómo conciben el lenguaje, y reconocen la capacidad de hacer cosas.
En ese sentido, como diría Santander (2011), el conocimiento del mundo no radica en las ideas, sino en los enunciados que circulan. Asimismo, se puede apreciar el paradigma que reconoce al lenguaje cómo una función informativa, interpretativa, y creativa.
En «Voces de la Guerrero», el retrato de la realidad es bastante crudo, dado que se refleja su sentir y nos muestra el espacio en el que se desarrollan sus vidas. El comportamiento y el cuidado que se da entre los miembros de la colectividad de la que son parte, habla de honor, apoyo, y por supuesto lealtad. Más allá de categorías analíticas, discursivas e incluso conceptuales, “Voces de la Guerrero”, es una representación fiel de la cotidianidad. El contexto, permite entender el lenguaje y la situación por la que atraviesan en general.
Otro mensaje con el que impactan, refiere al abandono del estado, es decir, como el gobierno de aquellos años, no se ocupaba de la situación por la que atravesaban las personas en situación de calle y en específico de las y los jóvenes.
En el 2004, el Partido Acción Nacional (PAN), era el que ostentaba el poder ejecutivo y una mayoría del Partido Revolucionario Institucional (PRI), formaba parte del senado y de la cámara de diputados. Siendo un gobierno, que no se interesaba por problemas sociales, centraban su atención en empresarios y negocios internacionales. Pero, de ello no va esta nota.
Por otra parte, la lectura que refiere a la ciudadanía, también genera una fuerte marca referente a la falta de empatía. En una de las escenas se muestra que cuando uno de los jóvenes les hace preguntas a sus amigos, uno de ellos responde, que no le gusta que lo miren mal, por el simple hecho de vivir en la calle y alude al valor de las personas como iguales en dignidad y humanidad.
Ese fue un mensaje muy potente, tanto en palabras, como en lo visual, pues en la construcción del cuadro, se expresa la genuinidad de la expresión. Y, en efecto, la dignidad humana no debería tener distinción socioeconómica.
Finalmente, la construcción del mensaje principal refiere a que las personas sólo requieren de apoyo, de una oportunidad que les dé la posibilidad de “salir adelante”, o de creer en sí mismos.
Cabe mencionar que el film ganó el premio José Rovirosa, otorgado por la Dirección de Actividades Cinematográficas (DGAC) y el Centro Cultural Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, por la originalidad y el estilo del documental.