Los libros de Haruki Murakami son obras literarias que se han vendido por millones, convirtiéndose en éxitos comerciales o best seller, traducidos a más de 40 idiomas. El autor nacido en Kioto en 1949, y quien a sus 74 años ganó en mayo de 2023 el Premio Princesa de Asturias de las Letras por la singularidad de su literatura y alcance universal.
Una de las obras en donde se refleja la esencia de las letras de Murakami es en el libro “Sauce ciego, mujer dormida”, que contiene los cuentos: “Náusea ”; “El espejo” y “El folclore de nuestra generación: prehistoria del estadio avanzado del capitalismo”, mismos que reflejan a un Japón muy distinto al que Mishima y Kawabata (ambos considerados como de los mejores escritores de la historia de su país) describían en sus relatos.
Mishima y Kawabata van contando e hilvanando delicadamente a un Japón tradicional, y su representación cultural, es decir, haciendo referencia a las tradiciones japonesas, pues estás se hacen presentes en los textos de dichos autores, y al mismo tiempo terminan convirtiéndose en la esencia y los fines de sus protagonistas. Por lo que, no pueden existir los personajes, si estos no ejercen una acción tradicional del país, como lo podemos encontrar en el cuento de Mishima “Los siete puentes».
Por su parte, Murakami, escritor de nuestros tiempos, escribe en sus cuentos un Japón diferente, inmerso y trastocado por la modernidad y la globalización. Su país, tal como la va describiendo, se hace muy semejante a cosas que se pueden encontrar en occidente. Sin embargo, a veces aparecen ligeros rasgos distintivos como la variedad de la comida japonesa.
Además, Murakami, describe la etapa universitaria de cualquier joven, con inquietudes, relaciones amorosas, sexuales, interacción con las drogas, movimientos estudiantiles, violencia, rock’n roll y jazz, así como el miedo a uno mismo, el hambre de vivir todo y disfrutar de los placeres que el mundo puede ofrecer. Por lo tanto, entre líneas se puede observar a un país trastocado por la postguerra, su proceso de recuperación y modernización, así como el impulso a la industria, la construcción de su influencia como líderes en tecnología y su avance a posicionarse como potencia mundial.
Los relatos de Murakami perfilan a un Japón occidentalizado, influenciado por las grandes tendencias mundiales, en las que poco a poco sus tradiciones se desvanecen, al menos en el puño y la letra de este autor.