Sobre números de teléfonos y libertad de expresión

En un episodio reciente que ha desatado un debate sobre la privacidad y la libertad de expresión, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), compartió el número de teléfono de una periodista del New York Times durante una conferencia de prensa. En lugar de disculparse o reconocer un error, AMLO justificó su acción argumentando que era una forma de evitar que los medios calumniaran con impunidad, sugiriendo que la periodista simplemente podría cambiar su número si lo deseaba.

En el mismo contexto, la candidata presidencial de la coalición «Juntos Hacemos Historia», Claudia Sheinbaum, denunció que su número de teléfono también fue difundido y utilizado para enviarle mensajes de odio y amenazas.

Por otro lado, la aspirante a la presidencia Xóchitl Gálvez mencionó que su número también había sido filtrado, sin embargo, optó por no reclamar y afirmó que no cambiaría su número, manteniéndose abierta a recibir mensajes de cualquier persona. Incluso haciendo múltiples demostraciones en las que mostraba una cantidad masiva de personas que le escribían.

Debe aclararse que, compartir datos como los números telefónicos está sujeto a la ley, aunque las consecuencias legales son relativamente leves y están diseñadas para castigar la venta y recolección masiva. No obstante, debe enfatizarse que la divulgación de información personal vulnera la privacidad del individuo y ,posiblemente, su libertad de expresión.

La actitud de López Obrador refleja su visión de que “la prensa regula la prensa”, utilizando su medio, ‘La Mañanera’, para rectificar lo que considera faltas hacia su persona. Sin embargo, la filtración del número legítimamente puede afectar la integridad de una persona y la falta de disculpa posteriormente, provocó una crisis que podría haberse evitado fácilmente.

Sheinbaum, al denunciar la filtración de su teléfono, también busca mostrar su apoyo al presidente, pero su principal intención podría ser resaltar la hipocresía de los medios de comunicación en un intento de solidarizarse con AMLO.

Las acciones de Xóchitl son parte de su estrategia política en campaña, buscando crear impacto en redes y medios, con una apariencia de autenticidad en su difusión. Sin embargo, el debate se ha alejado de la protección de datos, centrándose más en cómo se ha diferenciado de los demás candidatos y en sus afirmaciones sobre la naturaleza de los comentarios que ha recibido.

En este ambiente de filtraciones, es lamentable que parezca que nadie se preocupa verdaderamente por los derechos individuales. Es una coyuntura en la que todos los políticos han salido a dar una postura y, aun así, el tema en cuestión queda en segundo plano.