La Secretaría de Marina (Semar), institución históricamente reconocida como uno de los pilares más sólidos y con mayor prestigio de las Fuerzas Armadas, atraviesa la crisis de legitimidad más fuerte en décadas. Lo que parecía una muralla de honor e incorruptibilidad hoy se encuentra bajo fuego cruzado de escándalos de corrupción, vínculos con el huachicol y muertes sospechosas de altos mandos.
¿Cómo comenzó todo?
El origen se remonta a la administración de Andrés Manuel López Obrador, cuando decidió entregar a la Marina el control de puertos y aduanas, una medida justificada bajo el argumento de combatir la corrupción civil en esas áreas estratégicas. El mensaje fue claro: si alguien podía garantizar la limpieza, era la Marina.
Sin embargo, esa apuesta se convirtió en un boomerang. Hoy, las mismas áreas bajo control naval aparecen ligadas a tramas de corrupción y redes criminales.
Ya todo México vio la confesión de López Obrador, en la que él mismo asegura que necesitaba a la Marina en puestos claves para "atender" a los criminales.
3 muertos y contando para que no salgan embarrados López y sus hijos.
Corrupción en aduanas y puertos: Investigaciones periodísticas y judiciales apuntan a que altos funcionarios navales facilitaron o no detuvieron flujos ilegales en las terminales marítimas.
Huachicol naval: Varios mandos han sido señalados por presunta participación en redes de robo de combustible.
Muertes y suicidios sospechosos: El caso más mediático es el del capitán de Marina hallado muerto, quien estaba vinculado a la investigación sobre huachicol. Otra línea apunta al suicidio de un mando en circunstancias no esclarecidas.
Crisis de reputación: La institución, antes presentada como “incorruptible”, ahora enfrenta la paradoja de ser señalada en los mismos vicios que prometía erradicar.
Los personajes clave
Andrés Manuel López Obrador (AMLO): Apostó el prestigio de la Marina al ponerla al frente de aduanas y puertos. Su decisión es ahora blanco de críticas.
Claudia Sheinbaum: En su discurso anticorrupción ha reiterado que habrá sanciones, pero enfrenta el dilema de no debilitar a las Fuerzas Armadas en su primer año de gobierno.
Altos mandos navales: Desde ex jefes de Estado Mayor hasta capitanes operativos, varios han sido vinculados a casos de corrupción y huachicol, algunos de ellos fallecidos en circunstancias turbias.
El impacto en la narrativa oficial
El golpe a la Marina toca fibras sensibles:
Una de las instituciones con mayor confianza ciudadana ve afectada su credibilidad.
Complica el discurso oficial de la “lucha frontal contra la corrupción”.
Genera tensión interna en las Fuerzas Armadas, justo cuando su papel político y económico se ha expandido como nunca.
Línea de discurso de Sheinbaum
1. Reconocimiento institucional y fortalecimiento
Sheinbaum ha destacado que la participación de la Marina en las investigaciones demuestra su integridad. Según dijo:
“Que haya 12 o tres elementos […] habla bien de la institución, que la propia institución haya participado en la investigación…”
…“fortalece a la institución […], porque hay consecuencias cuando se encuentra un caso…”
2. Cero impunidad y compromiso con la justicia
Ha sido enfática en su política de “cero impunidad”:
«Esto es muy importante… cero impunidad a la corrupción y a los delitos tiene que ver con esto…»
3. Distinción entre la institución y los hechos aislados
Sheinbaum ha reforzado que los individuos involucrados no representan el conjunto de la Marina:
“Aunque es un hecho lamentable, fortalece a la Marina, porque la propia SEMAR haya participado en la investigación.”
Conclusión
Lo que comenzó como una apuesta de López Obrador para “blindar” al país de la corrupción civil, hoy se convierte en un talón de Aquiles para el gobierno de la 4T. La Marina, que debía ser símbolo de confianza, enfrenta una crisis que pone en riesgo su prestigio histórico.
La gran pregunta es: ¿podrá el gobierno contener la tormenta sin hundir al buque insignia de las Fuerzas Armadas mexicanas?