Durante los años noventa y los primeros dos mil, encender la televisión para descubrir música era un ritual. Cadenas como MTV o el Canal 28 en México ofrecían programación dedicada exclusivamente a la difusión de videoclips, conciertos y entrevistas con artistas. La televisión era el espacio donde se forjaban ídolos y se definían estilos, desde el rock alternativo hasta el pop latino. Sin embargo, con la llegada de internet y las plataformas digitales, ese modelo comenzó a transformarse radicalmente.
Hoy, el consumo musical vive una nueva revolución. Ya no se trata solo de escuchar, sino de ver y vivir la música en formatos completamente distintos. Plataformas como YouTube, Twitch o TikTok se han convertido en los nuevos escenarios globales, donde artistas y audiencias interactúan en tiempo real. Uno de los formatos más representativos de esta tendencia es el Tiny Desk Concert, producido por NPR Music. Estos conciertos íntimos, grabados originalmente en una oficina, se transformaron en un fenómeno cultural.
Muestra de ello es el reciente Tiny Desk que estuvo protagonizado por 31 Minutos, (serie de televisión chilena) que en su participación, acaparó la atención mediática siendo tendencia en las distintas redes sociales y que el video de su participación ya cuenta con más de 3 millones de vistas y más de cinco mil me gusta.
¿Por qué el formato se ha vuelto tan atractivo?
La fórmula es sencilla, pero efectiva: autenticidad, cercanía y buena música. Esa combinación ha inspirado nuevos proyectos en todo el mundo, incluyendo México. Uno de los ejemplos más curiosos y exitosos es Simisonico, la apuesta de Farmacias Similares por ofrecer música en vivo vía streaming. Bajo la dirección del “Doctor Simi”, este formato ha logrado reunir a artistas emergentes y consolidados en un ambiente relajado, colorido y accesible para todos. Conciertos transmitidos en vivo a través de redes sociales muestran que la música puede difundirse desde cualquier lugar, incluso desde una farmacia.
México, uno de los países que más música escucha
De acuerdo con el Informe Mundial de Música 2024 de la IFPI, los mexicanos escuchan mucha música, con una audiencia mensual de streaming superior a los 50.000 oyentes, y un 96% de ellos consume música licenciada vía streaming. En tanto, Youtube se ha consolidado como la plataforma que más audiencia concentra en el país.
Conclusión
La música en streaming no solo ha democratizado el acceso, sino también la producción. Cualquier persona con una cámara y una conexión estable puede montar su propio “canal musical” y llegar a miles de oyentes. Y aunque muchos extrañan la época en que MTV dictaba tendencias, lo cierto es que la música nunca había estado tan viva, diversa y accesible. De los videoclips televisados a los conciertos en streaming, lo que permanece es la necesidad humana de conectar a través del sonido. Hoy, en lugar de encender el televisor, abrimos YouTube o Spotify. La pantalla cambió, pero el ritmo sigue siendo el mismo.
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