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Entre conservadores y transformistas, se asoman los hechos históricos

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¿Qué nos están dejando?

La Dra. María Teresa Gutiérrez Haces analiza la relación desde sus más profundas raíces entre México y Estados Unidos y Canadá. En su libro Los vecinos del norte hace una espléndida y rica investigación sobre qué es lo que nos une a las tres naciones. Por ejemplo, México y Estados Unidos son dos países sumamente distintos inmersos en una relación poco simétrica.

No compartimos raíces culturales y, sin embargo, funcionamos en un esquema forzado pero benéfico para nosotros y para ellos. Este hecho lo vivió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en su visita a la Casa Blanca el pasado 12 de julio de 2022. Mientras AMLO habló más de 20 minutos, en el que los primeros 16, fueron una introducción amistosa y paja romántica, Biden dijo lo que tenía de manera directa y tajantemente, en menos de 10.

En un discurso bien hecho, con datos internacionales del contexto del COVID y la guerra en Ucrania; datos históricos del legado de Roosevelt y cifras económicas de México, escuchamos a nuestro presidente leer un discurso de una hoja, ajeno a su estilo en decir “las cosas como son” (tal como lo hace en las mañaneras). Tal vez la diplomacia no es lo suyo, sin embargo, aún utiliza frases como “pegar un grito en el cielo”; frases que ni la intérprete logró hacerle una traducción cultural.

Mientras AMLO leía pausadamente y buscaba la mirada de Biden, éste último escuchaba y miraba a todos lados, esperando tener algo bueno que poner en sus notas. No fue hasta que el discurso de México llegó a la parte jugosa de la petición de los famosos 5 puntos, que Biden sacó su pluma y anotó.

¿Qué quiere México de Estados Unidos?

A dos años del cese de su mandato, AMLO sabe que tiene que dejar las bases operando de la flamante cuarta transformación para quien le suceda. En una refinería comprada en Texas (Deer Park) y una refinería en Tabasco, tiene que haber flujo de capital, tanto entrante como saliente. Esa fue la apuesta, no es sorpresa.

Reneguemos y pataleemos con argumentos de cambio climático en mano, Andrés Manuel apostó la cuarta transformación sobre suelo de petróleo; y éste y las remesas, son y serán las principales fuentes de dinero (legales) del país en los próximos años.

De ahí que AMLO vaya leyendo un discurso en papel reiterando tanto el discurso de la soberanía y el respeto de los pueblos. Se sabe y la historia nos confirma, que a medida que México ha intentado desarrollarse autónoma y económicamente, nos encontramos con la forzosa negociación con los vecinos del norte. Es cierto que la vida es una negociación, pero una cosa es negociar un tratado de libre comercio con Reino Unido, y otra muy diferente negociar con el vecino del patio mayor.

Y a pesar de eso, AMLO llega y plantea el pasado miércoles en la sala oval de la Casa Blanca, en un estilo más recatado de como lo hace en Palacio Nacional, que los conservadores del Congreso estadounidense deben apostar por la transformación, porque sabe que sus propuestas de: garantizar combustible 1 dólar más barato en la frontera mexicana; empezar un gaseoducto de Texas a California; implementar un plan de inversión pública-privada y dar visas de trabajo a nuestros connacionales del otro lado del Río Bravo, no será fácil, pero también sabe la situación nacional del presidente Biden. Tal vez por eso la mención de AMLO que China es “la fábrica del mundo”, para generar provocación.

Biden respondió al estilo en que hablan los estadounidenses, claro y sin rodeos corrigió que Estados Unidos produce más productos agrícolas que China y que como cualquier otro país tiene problemas con una inflación ocasionada por la guerra en Ucrania.

Tampoco tardó en presumir los logros de su administración, comentando que ha generado más trabajos que cualquier otro país y terminó su respuesta diciendo que se requiere paciencia para resolver los problemas y hablar desde la posición de respeto. La pregunta para México (o para AMLO) es, ¿tendremos la paciencia de dos años para establecer el andamiaje que permita operar en el futuro?

Coin is the air, diría una frase estadounidense. Nos toca esperar a que las negociaciones sigan de manera propositiva, que la reunión del presidente con los empresarios (el más conocido Carlos Slim), den certeza e incentiven la promesa de un flujo de capital que México y necesita (y va a necesitar); y que las propuestas que AMLO planteó en 5 puntos, realmente siembren los cambios de una relación asimétrica de nuestros países y se expanda más allá de Texas a California y Tijuana a Nuevo Laredo.

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