La caricatura política ha sido, desde sus orígenes, una de las formas más influyentes de expresión dentro del periodismo. Catalogada como una crítica feroz y humorística, su objetivo va más allá de provocar risa: busca influir en la opinión pública, emitir posturas y abrir debates sobre la vida política y social del país. Con trazos rápidos y agudos, los caricaturistas condensan en una sola viñeta lo que a veces resulta imposible resumir en párrafos.
En México, este género tiene una larga tradición, y entre sus exponentes más destacados se encuentra José Trinidad Camacho Orozco, mejor conocido como Trino. Nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1961, Trino se ha consolidado como uno de los caricaturistas más reconocidos y leídos del país, gracias a un estilo irreverente, crítico y cargado de humor ácido.
La trayectoria de Trino comenzó en la década de 1980, cuando publicó sus primeras tiras cómicas en el periódico Siglo 21. Con el tiempo, su trabajo se expandió hacia medios nacionales comoReforma,La Jornada y Milenio. Su talento para retratar la idiosincrasia mexicana y su capacidad de ironizar sobre la política lo han convertido en una referencia obligada para entender la manera en que el humor gráfico se entrelaza con la crítica social.
Uno de los momentos clave de su carrera fue la creación de sus icónicos personajes en tiras cómicas como El Santos contra la Tetona Mendoza, realizada en colaboración con Jis. Este irreverente antihéroe apareció por primera vez en 1988 en el semanario La Jornada Semanal y rápidamente se convirtió en un fenómeno cultural por su tono desfachatado, irreverente y profundamente crítico.
A lo largo de los años, Trino ha combinado el humor popular con un análisis punzante de la política mexicana, logrando que sus caricaturas trascienden generaciones. Además de su trabajo en prensa escrita, sus personajes han llegado a libros, animaciones y hasta al cine, como ocurrió con la adaptación cinematográfica de El Santos contra la Tetona Mendoza en 2012.
Hoy en día, la caricatura política sigue ocupando un lugar fundamental en el periodismo mexicano. Sus viñetas no solo son espacios de entretenimiento, sino también herramientas de análisis y crítica social que permiten ver la política desde una óptica distinta, más ligera pero igualmente poderosa. Con artistas como Trino, queda claro que el humor no solo hace reír: también incomoda, cuestiona y transforma.