Elon Musk ha causado controversia una vez más, con las recientes decisiones sobre el futuro de Twitter, Inc. El multimillonario, a través de uno de sus característicos tuits, dió a conocer que había decidido fusionar la red sociodigital con la empresa X Corp, enfocada en soluciones tecnológicas, empresa que también es propiedad del magnate.
Con esta iniciativa, Musk busca aglomerar en una estructura matriz no sólo a Twitter y X Corp, sino también a Space X, la empresa de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial. Esta iniciativa nos recuerda a Alphabet, filial de Google, que el año 2015 creó la compañía para aglomerar servicios de internet, software y electrónica de consumo.
Esta iniciativa es sólo el inicio de los planes de Elon, quien busca crear X una “superapp”, es decir, una aplicación para todo, no sólo de mensajería. Twitter es una red sociodigital de microblogging con más de 556 millones de usuarios a nivel mundial, de los cuales 17 millones pertenecen a México. Cabe mencionar que, a finales del año 2022, Musk compró esta red por 44 mil millones de dólares.
En una reciente entrevista para la BBC, Musk sentenció que la adquisición de Twitter fue “bastante dolorosa” y estaría dispuesto a venderlo si hubieran interesados. Lo anterior, comunica que esta acción no ha resultado lo que el magnate esperaba y le ha traído más pérdidas que ganancias, lo que se vio reflejado en el ranking de los hombres más ricos del planeta, pasando del primer lugar al segundo lugar a nivel mundial.
En los recientes días, la red del pajarito azul dejó de tener este icónico símbolo en el inicio de Twitter, sustituyéndolo por la de un perrito que se hizo famoso en 2013, cuando se usó su imagen para distinguir a la criptomoneda Dogecoin. Es menester resaltar que esta moneda digital ha sido apoyada por el dueño de Tesla, quien, incluso, acepta esta criptoactivo como forma de pago en su compañía Tesla.
A pesar de los cambios, la red sociodigital sigue conservando su nombre comercial, pero no así el nombre en términos estrictamente legales. Con los cambios mencionados, se vislumbra la intención de cambiar la imagen de la red social, es decir, reiniciar la gestión y la construcción de la marca Twitter, así como la forma en la que repercute en la sociedad. A pesar de las modificaciones en las plataformas digitales, estas no tienen una mayor incidencia en lo que hacen los usuarios. Un claro ejemplo es Facebook y su conversión a Meta.