Luis Abinader y Pedro Castigo: la continuación de las izquierdas

En la publicación anterior analizamos la relación entre las políticas públicas del mandatario Salvadoreño Nayib Bukele y Alberto Fernandez de Argentina, en esta sintonía y continuando con el análisis de los nuevos mandatarios de izquierda, analizaremos a Luis Abinader de República Dominicana y a Pedro Castillo de Perú.

República Dominicana

Luis Rodolfo Abinader Corona, es un empresario y economista, que después de las elecciones del 2020 se consagró como presidente de la mano de la alianza por el Frente Amplio Partido Dominicanos por el Cambio y el Partido Humanista Dominicano.

Su estrategia de comunicación consiste en presentarse como un presidente cercano a la población. Desde su toma de protesta en 2020, y siendo congruente con sus promesas de campaña, ha organizado diferentes reuniones con directores de medios de comunicación, influencers y diferentes líderes de opinión.

A pesar de lo anterior, ha recibido diferentes comentarios negativos sobre su estrategia; el consultor Melvin Peña de la agencia Comunicaciones Integradas, ha mencionado que el presidente continúa manteniendo una “narrativa de campaña” aun cuando al día de hoy, la una dinámica debe responder a una dinámica institucional y gubernamental: “El presidente continúa hablándole al país como si estuviera en campaña, promoviendo un optimismo infundado”, declaró Peña al sitio web Polétika República Dominicana.

Pedro Castillo de Perú

Su carrera política empezó como activista social y sindical. Llegó a ser dirigente nacional del magisterio Peruano y también fungió como profesor de primaria en su distrito. En 2021 ganó la presidencia de la mano del Partido Político Perú Libre después de la segunda vuelta con el 50.13% de votos a su favor.

La primera entrevista que concedió a un medio de comunicación internacional, fue seis meses después de asumir la presidencia, siendo esta la del 24 de Enero para CNN.

Durante la conversación menciona que no da entrevista por los malos tratos que ha recibido por parte de los medios de comunicación. Sus respuestas son ambiguas y libres a la especulación.

Desde su discurso hace notar su cercanía con el pueblo, utiliza al pueblo como un “subjetivo”, y lo hace partícipe para legitimar sus palabras: “El pueblo conoce y sabe”.

Al día de hoy, a miras de cumplir un año en el ejecutivo, acumula un gran número de escándalos en los que se incluyen problemas de corrupción, malos nombramiento dentro de su gabinete y críticas generales por su gestión.

Su discurso responde a un caudillo y luchador social que apela constantemente a la memoria histórica, muy similar al discurso del presidente Lopez Obrador:  “El pueblo quiere que remedie lo que no pudieron hacer en 200 años […] me estan poniendo cosas que no se ventilaron en su época […] la verdad siempre va a salir a la luz” dijo para CNN.