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Nuevas formas de irrupción femenina: el espacio digital para las protestas rumbo al #8M

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Nuevas formas de irrupción femenina: el espacio digital para las protestas rumbo al #8M

Se acerca el #8M que se ha convertido en una fecha representativa para la resistencia, resignificación y protesta de las mujeres. En los próximos días, estaremos viendo las convocatorias en el espacio digital para las marchas y actividades que se desencadenan en instituciones educativas, públicas, ONG, asociaciones civiles, entre otras.

Es importante mencionar que aún hay narrativas en las que se condena la protesta, además se desencadenan diversos debates en las redes sociales en las que el tema central son las formas de manifestación, en los que algunas personas rechazan las pintas y que se «dañen los espacios públicos». También, se vierten posicionamientos en los que se exige justicia para las víctimas de cualquier forma de violencia. 

Es importante mencionar que el avance de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), han modificado la forma en la que interactuamos y nos relacionamos, en todos los ámbitos de la vida cotidiana. En ese sentido es que las protestas sociales, también, han buscado adaptarse a la era digital, esto con el uso de las tendencias con los hashtags en las plataformas de Twitter y de Facebook

Uno de los ejemplos de nuevas formas de protesta desde lo digital es la obra de Julieta Gil (2020) en la que colaboran Livia Radwanski y Concepción Huerta, llamada “Nuestra Victoria” que es una fotografía modificada digitalmente en la que se modifica el Ángel de la Independencia, como una manifestación visual y virtual disruptiva, en la que se pone una victoria y se rescatan las pintas que se han hecho en el monumento, como un recordatorio de la exigencia de justicia.

«Nuestra Victoria»

Además, se parte de la premisa de que las representaciones gráficas (sean pinturas, fotografías o imágenes digitales) tienen un poder tácito, lo que permite cuestionar no sólo la narrativa dominante, sino también lo que Gramsci llamó hegemonía. Ya lo decía Buttler (2010), la fotografía se convierte en una escena de interpretación y esta depende de la sociedad en la que nos encontramos inmersos. 

La obra de Gil, lleva a una discusión acerca del valor que se les da a los monumentos, que por supuesto fue un debate que se desencadeno en las redes sociales, en la que muchas mujeres cuestionaban que se cuidará más un monumento que sus cuerpos. La coyuntura histórica, hace que la artista simbolice su pensar y sentir en una imagen de apropiación, de lucha y de cuestionamiento al poder.

Si lo consideramos desde los estudios de Buttler (2010), por un lado, el Ángel de la Independencia representa el marco en el que el ciudadano indignado defiende, esto en el contexto de la protesta de las pintas, el llamado “vandalismo”. Por otro lado, se encuentra la representación de “Nuestra Victoria», como símbolo de denuncia, de historicidad, de una reconstrucción de las narrativas que se inscriben a través del patriarcado. Como diría Buttler (2010), las fotografías transmiten afecto y son pruebas testimoniales de los acontecimientos, de lo sucedido, de un determinado momento que podrá ser recordado y resignificado. 

La obra de Gil visibiliza la protesta, le da una voz distinta, un enfoque diferente al que se estableció por parte los medios de comunicación, que fungieron como entes reproductores de las narrativas hegemónicas. Pues, dibujaron a las mujeres manifestantes en un escenario de precariedad, de violencia, e incluso de irracionalidad. Pero, a su vez se decía que las pintas son una de las maneras más legítimas de hacer que el Estado, la ciudadanía y los medios tomen en cuenta este tipo de movimientos y exigencias de justicia, en las que se aplaude y se habla de representatividad hacía las mujeres.

Se puede decir que la fotografía, también, es utilizada en la política debido a que permite combatir las relaciones de poder que inhiben la libertad, donde las resistencias aún son posibles, pero solo pueden ubicarse fuera de las instituciones (Mouffe 2013). Las imágenes invitan a la reinterpretación y a la reflexión, o por lo menos es lo que se buscaba con la obra de Gil.

La obra de Gil abre el camino a nuevas formas de incidir en la política, las relaciones sociales e incluso en las narrativas. Dado que las mujeres se apropiaron de la obra y lograron resignificar la imagen.

Así mismo, se ha presentado como una protesta de resignificación digital, junto a otras que tienen que ver con los performances (un violador en tu camino), el uso de hashtags (#niunamenos, #metoo, #yositecreo), la creación de canciones (“Sin miedo”, de Vivir Quintana), e incluso el uso de las plataformas digitales (TikTok) para difundir la importancia de las protestas de las mujeres.

Aún hay mucho por recorrer y seguramente aparecerán nuevas formas de incidir en el espacio público y digital (incluso a través de la tecnopolítica, como ya hay casos). Pero, las bases se siguen consolidando y gracias a las plataformas digitales, las protestas han rebasado fronteras, al punto de que se han apropiado de las formas de resistencia.

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