No es ningún secreto que la contingencia sanitaria ha propiciado un crecimiento exponencial de plataformas de comunicación por videollamada. Ejemplo de este crecimiento, es cómo cada acción en la bolsa de valores de la plataforma Zoom se cotizaba en 62 dólares el 22 de octubre de 2019 y para el 3 de febrero del 2020 ascendió a los 87.66 dólares mientras que alcanza los 159.56 dólares el 23 de marzo. Y es que esta plataforma ha dado mucho de que hablar durante estos últimos meses ya que mientras su uso crece rápidamente, la seguridad ofrecida para la protección de datos personales e intrusiones no se expande con la misma rapidez.
¿Qué es el Zoombombing?
Estos problemas de seguridad, llamados Zoombombing, van desde un “ataque” de una versión de inteligencia artificial de Elon Musk o intrusiones de personas ajenas a las reuniones hasta graves problemas de espionaje internacional, o eufemísticamente llamado vigilancia extranjera, pasando por exposiciones de pornografía infantil, uso racista del lenguaje y, por supuesto, recolección de información personal de los participantes en videollamadas a través del uso de herramientas automatizadas, lo que ha llevado a la suspensión del uso de la plataforma en instituciones educativas, estatales e incluso entre los empleados de otras compañías.