Luego de más de tres años de que se declarara la alerta por contingencia sanitaria causada por el coronavirus, el pasado 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la emergencia sanitaria global por COVID-19, la cual estaba anunciada desde enero de 2020.
El anuncio se dió a conocer en la cuenta oficial de Twitter del director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien mencionó: “Ayer, el Comité de Emergencia se reunió por decimoquinta vez y me recomendó declarar el fin de la emergencia de salud pública de interés internacional. He aceptado ese consejo con gran esperanza, declaró que el COVID-19 ha terminado como emergencia sanitaria mundial”.
Al inicio de la pandemia, cambió la vida cotidiana de las personas, incluyendo la forma en la que nos informamos, interactuamos y comunicamos. Ante el confinamiento obligado, por la contingencia sanitaria, la gente empezó a buscar a través de la televisión, la radio, los portales de noticias y las redes sociales notas referentes al tema.
En ese sentido, el estudio realizado por la UNAM, “Infodemia peligrosa como la pandemia”, menciona que, por paradójico que suene, tanta información disponible no conduce a estar bien informado, sino a estar desinformado. Un ejemplo que menciona el análisis, fue la información que estuvo circulando en las redes sociales durante el COVID-19, donde se corrió la versión de que al aplicar las vacunas se inyectaba un microchip a las personas, no obstante, a pesar de que la noticia resultó falsa, un porcentaje creyó y se negaron a ser inoculados.
Por tanto, como dice el estudio de la UNAM, para evitar la infodemia, es importante tener pensamiento crítico, es decir, cuestionarnos y preguntarnos si la información que recibimos es cierta o no y si el medio de comunicación o la persona que la divulga es confiable. Para responder estas preguntas, disponemos de Internet. Este instrumento digital, permite verificar fuentes de todo tipo de información. Pero, no hay que olvidar las bibliotecas o los centros de información institucionales, que también, nos ayudan a comprobar la veracidad de un tuit, un mensaje de WhatsApp, una nota, un artículo o un reportaje.
Como podemos observar, además de enfrentar la pandemia de coronavirus, también vivimos la propagación de noticias falsas que produjeron un impacto adverso para enfrentar la situación, y es que en 2020 Luis Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en su estudio “Radiografía sobre la difusión de fake news” informó que, México se convirtió en el segundo país, solo después de Turquía, con mayor generación de noticias falsas.
Por tanto, a pesar de que la OMS haya declarado el fin de la contingencia mundial no debemos bajar la guardía y debemos continuar con las medidas sanitarias. Ya que el país, aún reporta presencia del virus. De acuerdo a los últimos datos del CONACYT del primero de enero al mes de abril, hay un millón 891 mil 384 casos confirmados y en el Estado de México 756 mil 647 personas contagiadas.