En la actualidad la publicidad se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana, la vemos en medios de comunicación, las redes sociales y por supuesto hasta en el ambiente deportivo con los uniformes llenos de patrocinadores, atrás ha quedado esa escena romántica en donde solo había veintidós jugadores en el campo y un balón.
En ese sentido, en la actualidad la publicidad no solo la vemos en las equipaciones deportivas y en las pantallas, ahora se ha vuelto muy común nombrar el estadio con el nombre del patrocinador. Aunque esta práctica te pudiera parecer nueva, es todo lo contrario ya que tiene su historia pero, ¿Quieres saber de qué se trata?, aquí te lo contamos.
De acuerdo con Woko Agency los naming rights o derechos de dominación son una estrategia publicitaria que consiste en que la empresa o marca pague para tener el derecho de nombrar un lugar, evento o acontecimiento. El objetivo de esta estrategia es que el público recuerde la marca y que esta genere notoriedad entre los consumidores. A cambio de los derechos de denominación, la empresa recibe la imagen y la publicidad del lugar, evento o acontecimiento.
¿Dónde surgió esta estrategia?
De acuerdo con Harvard Deusto, el inicio de esta práctica se sitúa en los Estados Unidos en 1926 cuando la empresa de chicles Wrigley compró los Chicago Bulls y renombró su estadio pasando este a llamarse Wrigley Stadium. Posteriormente en 1962, se realizó la primera transacción de compraventa del naming de un estadio: el Key Arena de Seattle fue el primero que vendió su nombre a una marca comercial.
Una nueva era
En la actualidad son muchos los equipos que han optado por ceder el nombre de su estadio a una marca para inflar sus presupuestos con grandes patrocinios, ya no existe más el estadio de las Chivas, ahora se llama Estadio Akron, tampoco existe más el Vicente Calderón o el Munich Fussball Arena, nos hemos acostumbrado a escuchar marcas donde escuchábamos nombres míticos.
Tan solo en Europa, el fútbol alemán es quien lidera en este aspecto, más del 70% de los equipos cuentan con esa asociación comercial. Tan solo por nombrar un ejemplo, está el Barcelona que tiene un contrato de doce años firmados con la plataforma de streaming de música más famosa del mundo y con quien tiene un contrato de doce años para que su estadio lleve el nombre de Spotify Camp Nou.
En el caso del fútbol mexicano de acuerdo con Deportes Inc la estadística está representada con el 29.41% de estadios del futbol con nombre de patrocinador, sin embargo esta tendencia ha ido creciendo pasando a inmuebles que albergan otro tipo de deportes, tal es el caso de la Liga Mexicana de Baseball que tiene el 17% en sus estadios con el nombre de una marca.
Cuéntanos, ¿Prefieres los nombres tradicionales o el de la marca del patrocinador? Haznoslo saber en los comentarios.