En nuestra cultura contemporánea, existen momentos que trascienden lo ordinario para convertirse en verdaderas leyendas urbanas. Uno de estos fenómenos, sin duda, es el conflicto entre Punketos y Emos, que ha pasado de ser un suceso histórico a una narrativa mitificada que se propaga a través de los memes.
La confrontación que se vivió en las calles del entonces Distrito Federal, mostraba en su superficie una batalla entre los estilos de vida, la música y la estética de los Punketos y los Emos. Sin embargo, debajo de esa superficie llamativa se escondía un momento en el que se entrelazaban la homofobia, la feminidad y nuevos fenómenos de identidad con la angustia adolescente y, el deseo de pertenecer y diferenciarse.
Los memes que retratan estas confrontaciones son el vehículo por el cual esta leyenda urbana se ha propagado, creando una especie de mito fundacional defeño. En ellos, los Punks y Emos se convierten en personajes míticos, cuyas batallas trascienden lo físico para convertirse en comedia y sorpresa.
Sin embargo, los memes de la actualidad, al igual que los medios en 2006, son incapaces de comprender el fenómeno; su complejidad queda reducida, alejados de la realidad con un aura místico, que se integra al ente etéreo y nebuloso denominado “cultura chilanga”.
Así, Punks vs Emos se erige como un capítulo peculiar en la historia de México, un país donde la realidad y la fantasía a menudo se entrelazan de formas sorprendentes. Formándose así leyenda urbana, que es revisitada una y otra vez, y que en sí misma escribe una tragedia propia al quedar siempre incomprendida.
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