Las sectas, o grupos coercitivos, no son solo agrupaciones secretas que portan capas y hacen rituales oscuros, actualmente se disfrazan de organizaciones de autoayuda, de coaching o de medicina alternativa y son mucho más comunes de lo pensamos. Pablo Salum se dedica a desenmascarar y a enfrentar a la justicia a estas personas.
La industria del entretenimiento ha construido en el imaginario colectivo a las sectas como grupos religiosos misteriosos y secretos, donde un selecto grupo está involucrado en actividades tabú para la sociedad. Esta imagen se popularizó en la cultura popular, estereotipando estas sociedades.
Pablo Salum, activista en contra de las sectas, vivió en carne propia lo que estos grupos son capaces de lograr y ha dedicado su vida a detenerlos.
Pablo Salum es un youtuber argentino que busca educar en torno a estos grupos, los cuales suele definir cómo individuos, grupos u organizaciones coercitivas, ya que la definición de secta que presenta la Real Academia Española es, para él, un término peyorativo que no logra captar la problemática.
Éstos grupos utilizan “técnicas de persuasión coercitiva para captar, someter y vulnerar los derechos humanos y la sanidad pública”, expresa Salum.
A diferencia de lo que vemos en la industria del entretenimiento, es relativamente fácil ser persuadido por estas personas debido a que se camuflan detrás de ideas y necesidades populares.
Estos grupos se presentan como religiones, fundaciones, instituciones de prácticas new age (yoga, meditación, mindfulness, filosofía del cuarto camino), empresas de coaching, seminarios, centros de rehabilitación para drogadictos, terapias medicinales alternativas, entre otros.
Señoras/es profesionales matriculados, el mindfulness es una Pseudociencia coercitiva inventada por las organizaciones coercitivas, carece del aval científico suficiente y genera graves daños a la salud mental. Ningún organismo del estado habilita su utilización.
No todos los grupos coercitivos tienen el mismo objetivo. Algunas solo buscan obtener dinero de sus seguidores ofreciendo cursos, productos o medicina milagrosas; otros se ven involucrados en la trata de personas, donde el abuso físico y mental son el pan de cada día de sus víctimas, que no son conscientes de las agresiones a las cuales son sometidas.
Foto Año 1990. Reunión donde se fundaba un "Banco TRUCHO" llamado "Gellys Bank" en referencia al nombre de una de las adeptas. Las victimas fueron obligadas a vender todo para poner su dinero en la construcción del edificio central de la organización en la Av Estado de Israel. pic.twitter.com/5an37pgEU4
La pasión de Pablo Salum por el tema viene de una experiencia familiar que vivió en carne propia durante su infancia: su familia fue captada por un grupo de esta índole. Todo comenzó cuando su madre recibió un “tratamiento” que prometía curar los malestares que sufría. El líder que conducía dichas terapias empezó a convencer a su madre y hermanos para seguir en el grupo, pero Pablo optó por huir del grupo y su familia a los 12 años de edad.
Más de 30 años después, Pablo sigue luchando por volver a reunirse con su familia, promoviendo leyes en contra de estas organizaciones en Argentina y América Latina.
Su canal de YouTube cuenta con 116,000 suscriptores y en Twitter tiene más de 60 mil seguidores. En estas redes, Pablo recopila casos de organizaciones coercitivas analizando su presencia y difusión en los medios de comunicación y sus relaciones con partidos políticos, haciendo énfasis en la extrema derecha.
Parece que alguien quiere terminar a la fuerza con la sociedad de Jair Bolsonaro y las organizaciones coercitivas #Sectas. Lo estan acusando de satanista por este video con el movimiento masón… pic.twitter.com/ZQAy1SsBPB